Pet Shop Simulator es un juego que, de primeras, me llamó bastante la atención debido a que se trata de un juego de simulación sobre gestionar nuestra propia tienda de animales. Sonaba realmente interesante y prometía un gameplay muy entretenido, con mucha profundidad y detalles a tener en cuenta. Sin embargo, tras dedicarle unas horas, he sentido que el juego aún tiene mucho por mejorar y voy a dar los motivos que me hacen creerlo. Aunque la idea de base es buena, está lejos de ser un buen juego.
En primer lugar, Pet Shop nos propone crear una partida y nuestra propia tienda. Elegimos un nombre que nos guste y un ícono que la represente, entre unos pocos predeterminados. A partir de este punto, ya encontramos dos grandes problemas que afectan constantemente al juego de forma negativa: la interfaz y la traducción.
La interfaz de Pet Shop Simulator intenta ser original, simulando en algunos momentos una caja registradora en la que debemos escanear cajas con los textos de cargar partida, nueva partida, etc. Sin embargo, es excesivamente colorida, recargada de imágenes y en muchos casos, muy lenta. Es difícil entenderla, incluso después de un buen rato de juego, ya que constantemente abría y cerraba menús porque me perdía entre ellos o algunas funciones requerían clics y pasos muy extraños. Por otra parte, es una interfaz muy propensa a fallar. En mi primera hora de juego me encontré con diversos bugs en los que se volvía invisible o desaparecía por completo el indicador del botón en el que me encontraba.
Si se elige jugar en un idioma distinto al inglés, como fue mi caso eligiendo el español, el juego está completamente traducido. Sin embargo, parecían textos pasados por un traductor automático o algo similar. Algunas traducciones se entienden, pero otras son realmente extrañas, llegando incluso a confundir porque no se entiende a qué se refieren exactamente. Sumado a los problemas de la interfaz, es posible que en algunos momentos accedas a menús por error o no sepas dónde encontrar algo, en mi caso no estaba seguro de si estaba despidiendo a un empleado o enviándolo a un descanso.
Tras crear la partida y comenzar a jugar, nos encontraremos con nuestra primera tienda, pequeña pero con un buen tamaño para distribuir nuestro surtido de productos, decorarla si queremos y ofrecer la compra de algunos animales como hámsteres, tortugas y conejos. A medida que progresamos, obteniendo mayores ingresos, valoraciones y variedad de productos, podremos expandir nuestro negocio y obtener diversas mejoras de productividad.
En principio, esto suena bastante interesante y se hace entretenido durante las primeras horas. Debemos gestionar el almacén comprando productos necesarios, gestionar a nuestros empleados, reabastecer estantes vacíos, controlar a los ladrones que no se lleven nada sin pagar, mantener la tienda limpia, cuidar de los animales que tenemos a la venta y otras tareas que iremos descubriendo a medida que jugamos. Sin embargo, todo esto se ve limitado en gran medida por la interfaz del juego. Todo lo mencionado anteriormente se vuelve lento, torpe y tedioso, llegando a un punto en el que algunas partidas pueden resultar agotadoras.
Pet Shop Simulator es un juego en primera persona gran parte del tiempo que jugamos. La gestión de la tienda se realiza desde una confusa tablet y el modo construcción desde una vista aérea, permitiendo girar la cámara en más ángulos y tener mayor precisión en la colocación de elementos. Sin embargo, el modo en primera persona, que usamos principalmente para movernos por la tienda e interactuar con elementos y personas, no está del todo pulido. Se siente muy extraño y en numerosas ocasiones me he visto atascado en objetos como estanterías o decorado y chocando con todo tipo de cosas ralentizandome.
A nivel gráfico, el juego cumple correctamente. El escenario y la tienda son visualmente coloridos y bonitos, los animales tienen buen nivel de detalle y los productos están bien acabados visualmente. Aunque en las animaciones es donde me he encontrado con más fallos: perros que atraviesan paredes, gente que parece romperse los brazos por llevar una bolsa y multitud de animaciones extrañas, además en varias ocasiones la iluminación es un tanto extraña y muestra cosas que quizás no deberían ser así.
En conclusión, Pet Shop Simulator propone una idea muy interesante: gestionar una tienda de mascotas con muchas opciones de productos a vender, interacción con las ventas y gestión de muchos aspectos de la tienda. Sin embargo, aún le queda mucho por pulir, especialmente a nivel de interfaz y movimiento del jugador en primera persona. El juego ya está en su versión final y sin acceso anticipado, pero sus desarrolladores siguen lanzando actualizaciones. Me gustaría revisitar este juego en el futuro para comprobar si ha mejorado, y, espero que así sea.
Por el momento, podéis jugarlo si está dentro de vuestro presupuesto. Lo podéis encontrar en Steam por 14,79€. Es compatible con SteamDeck de manera parcial, pero requerirá de un teclado numerosas veces.