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Análisis de Princess Peach: Showtime! para Nintendo Switch, la nueva aventura en solitario de la princesa

Tras muchos años sin un juego protagonizado en solitario por la princesa Peach, Princess Peach: Showtime! se presentaba como la oportunidad perfecta para traerla de vuelta y ofrecerle una nueva oportunidad para deslumbrarnos a todos sobre el escenario. Pero, su actuación se ha visto limitada de forma considerable, lo que provoca que, pese a sus buenas ideas, termine siendo algo más simple y poco arriesgado.

Princess Peach: Showtime! tiene un inicio bastante similar al de Luigi’s Mansion 3, aunque de forma más directa. La princesa recibe una invitación para un teatro y se dispone a visitarlo junto a los Toads. Las actuaciones corren a cargo de una nueva especie de criatura del universo de Super Mario, pero nada más comenzar los preparativos, el teatro es invadido por Grape y compañía, lo que obliga a realizar cambios significativos en las obras planeadas. Peach, unirá fuerzas con la mágica Lucy para arreglarlas y liberar cada piso del teatro de la malvada maldición de Grape.

Para liberar cada obra de estas modificaciones malvadas, Peach se introducirá en la sala de la actuación correspondiente, donde deberá superar un nivel y obtener estrellas. Cada piso del teatro alberga cuatro obras distintas, cada una de las cuales otorga un poder diferente, lo que da lugar a un total de 10 transformaciones distintas. Cada transformación tiene una temática bien definida y dos apariciones a lo largo del juego, además de una tercera más breve y especial. Tras superar las cuatro obras de teatro de un piso, aparece una puerta en el centro. Se deberá acceder a ella mediante un pago realizado con las estrellas obtenidas, esto permite enfrentarse al jefe de ese lugar. Una vez derrotado, permite subir al siguiente piso. Esta es la mecánica de progresión que se utiliza a lo largo de todo el juego.

Como primera impresión y explicado de esta manera, jugablemente puede parecer un poco confusa la progresión, aunque una vez comienzas a jugar y completando zonas empiezas a entender rápidamente su funcionamiento  e incluso puedes llegar a hacerte una idea aproximada de cuanto te queda por completar de la historia principal. En parte esto está bien, puede ayudarte a disfrutar un poquito más cada nivel si te lo estás pasando bien, pero cuando puedes adivinarlo fácilmente en este tipo de juegos, me da la sensación de que quizás son demasiado simples o repetitivo en la progresión, sin embargo esto no debe ser un problema para todos.

Si la dificultad te preocupa o es un punto importante para ti, te advierto que en este videojuego el desafío es escaso. Esto no es ni positivo ni negativo, ya que depende de lo que busque el jugador en ese momento: una experiencia intensa o algo ligero que superar sin complicaciones. Los controles son sencillos de aprender. Básicamente, se utiliza el joystick izquierdo para mover al personaje, el botón A para saltar y el botón B para realizar acciones, tanto en las transformaciones como en la forma normal de Peach. Por lo tanto, no te liarás ni olvidarás los controles. En cuanto a la dificultad de los enemigos y niveles, es más de lo mismo. Te encontrarás con enemigos lentos, muy lentos, que suelen realizar patrones muy similares y no resultará problema recordar la forma de atacar de cada uno o como podrías deshacerte de ellos.

En el apartado artístico y visual, creo que se ha elegido un estilo adecuado. El juego se ve en todo momento como el salón de un teatro y los niveles como obras de teatro, con villanos representados por figuras de cartón o secuaces de Grape, escenas en escenarios planos 2D e incluso el sonido del público aplaudiendo en momentos destacables del nivel. El único detalle negativo que puedo encontrar es la resolución. Quizás por motivos de rendimiento o consumo de batería, en algunas partes el juego parece perder resolución y se ve algo pixelado. Cabe destacar que esto es apenas apreciable en una televisión, por lo que si juegas en sobremesa no debería preocuparte en gran medida.

La duración del juego creo que es la justa y necesaria para este tipo de videojuegos, una mayor duración podría acabar provocando que se sienta un juego repetitivo para muchas personas. Por lo que considero una duración correcta y acaba dejando la aventura en un punto que ya has tenido suficiente de Princesa Peach y sus transformaciones en el teatro. En caso de quedarte con ganas de más o que fueses muy directo en la historia, el juego te ofrecerá unas cuantas horas adicionales en las que podrás repetir los niveles para encontrar las estrellas ocultas o desbloquear todos los patrones y colores para personalizar el vestido de Peach, pero en gran medida, en esto se resumirá todo el contenido extra que podría o puede quedarte.

En conclusión, Princess Peach: Showtime! es el regreso de este popular personaje de la saga Super Mario, que durante los últimos años ha aparecido en incontables videojuegos de la saga, pero hasta ahora llevaba una buena temporada sin protagonizar una aventura totalmente en solitario. Quizás esta aventura en solitario no es una espectacular regreso para deslumbrarnos como si fue el caso de Luigi’s Mansion 3, pero al fin y al cabo, es un regreso y se agradece que se continúen explorando formas de dar protagonismo a diversos personajes de Mario pero con una forma de jugar distinta al clásico plataformas 2D que ya todos conocemos.


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Me gusta escribir noticias de videojuegos, pero no me gusta que los juegos de Pokémon se lancen tan seguidos.