Análisis Nintendo

Análisis de Demonic Supremacy

Demonic Supremacy es una experiencia con aires de shooter 3D de la vieja escuela que se pavonea de tener «pocas características amigables para los jugadores», es decir, un alto nivel de dificultad. En este análisis vamos a ver si cumple con todo lo que promete.

Antes de ponerme a hablar del juego, me gustaría destacar que no he podido terminarlo, ya que por culpa de algún bug se me borró la partida dos veces al entrar e intentar cargar mi archivo de guardado anterior. Finalmente desistí por falta de tiempo, por lo que no he podido disfrutar los últimos niveles del título, aunque sí lo suficiente como para poder hablar hoy de él en profundidad.

El reto de hacer un juego difícil


Está claro que el desarrollador quiso replicar la experiencia de los clásicos del shooter 3D: tanto en temática como presentación se perciben esas intenciones. Ahora bien, aunque un primer vistazo al apartado visual nos recordará a aquellos shooters, será cuando empecemos a movernos que veremos las primeras taras en el tejido del juego.

Nada más empezar nos encontramos con un tutorial detallando cada una de las habilidades y armas a nuestra disposición, excesivamente largo y tedioso. En general, esto da a entender que el título no confía en que descubramos sus sistemas jugando. El tema es que, para presentar un desafío, tienes que tener bien medido todo y principalmente, confiar en los jugadores, presentándoles las herramientas de forma rápida y sencilla.

No ayuda nada hacer pasar al jugador por quince minutos de tutoriales cuando la premisa del juego es disparar a demonios con heavy metal de fondo. Y es que, cuando lo primero que nos encontramos son varios niveles en los que jamás nos sueltan de la mano, algunas afirmaciones como las «pocas características amigables para los jugadores» comienzan a perder bastante fuelle.

Masacrar demonios debería estar guapo


Hacer juegos de dificultad elevada es algo que puede ser, sin duda, muy atractivo, pero esto pide saber qué es lo que la hace satisfactoria y saber implementarla. De otro modo, es sencillo que el jugador sienta que la dificultad viene derivada de un mal diseño, aunque el contenido en sí, no lo sea.

Personalmente, me llevé una mala primera impresión por algo que me ha afectado siempre que he podido jugar, y es que el movimiento no es nada satisfactorio. Cuando dejas de pulsar para moverte, el personaje continuará deslizándose por unos instantes, dando la impresión de que «patina» en lugar de caminar. De manera aislada esto no sería un problema, pero tener que adaptarte a la pérdida de precisión que generan estos «derrapes» en un género en el que apuntar y disparar es lengua franca, hace de la experiencia algo frustrante, sin añadir realmente una capa de profundidad que lo justifique.

El diseño de los mapas, más allá de lo visual, no aporta demasiado a la jugabilidad, ya que en la inmensa mayoría de casos los demonios solo salen de un par de puntos definidos, dándose constantemente situaciones en las que la mejor estrategia consiste en esperar al final de un pasillo y acabar con ellos a medida que se acercan. Este problema se ve especialmente acrecentado por la escasa capacidad de respuesta de los enemigos, cuya inteligencia artificial, así como habilidades y resistencia poco pueden hacer para amenazar al jugador.

Por lo menos hay que decir que una de sus promesas la cumple: la música está bien, funcionando perfectamente como banda sonora para exterminar demonios. Gracias a ella se hace algo más llevadero el juego, pero muy resulta difícil dejar pasar algunas cosas que le pesan en la parte más baja de la balanza.

Conclusión


Creo que el juego intenta aferrarse a un concepto que funciona, pero le falta desarrollar las bases que hacen adictivo al género, que a mi parecer son el frenetismo, la sensación de movimiento fluida y los disparos precisos.

Precisamente en mi último análisis sobre BatBoy, hablé sobre cómo consigue replicar a los clásicos en los que se inspira a la perfección mientras desarrolla una identidad propia, algo que sin duda a Demonic Supremacy le hace mucha falta.

Demonic Supremacy ha sido desarrollado y publicado por ChiliDog Interactive, está disponible en Steam, Xbox One & Xbox Series X/S, PlayStation 4 y Nintendo Switch, nosotros hemos tenido la oportunidad de jugar la versión de Steam.


Más análisis.

Mentalmente viviendo en Hoenn. Físicamente editando videos y escribiendo sobre videojuegos.