Análisis de Crashy Laps para Nintendo Switch

El pasado 30 de noviembre se lanzó Crashy Laps en Nintendo Switch y otras plataformas (Steam, Xbox One, Xbox Series, PS4 y PS5). Este pequeño videojuego, desarrollado en España por CheapeeSoft Games y publicado por JanduSoft, nos propone una experiencia de carreras muy arcade y con un toque retro. En general, se puede decir que es un juego entretenido y que ofrece lo que promete; sin embargo, esperaba algo más y siento que el juego necesita algunas mejoras.

En Crashy Laps podemos conducir un vehículo de fórmula 1 desde una perspectiva fija y con una vista general del circuito. Los vehículos y circuitos de Scalextric son una de las primeras cosas que se me viene a la cabeza para poder compararlo y dar a entender su forma de jugar. Siempre estaremos con la cámara desde una posición fija y lejana; únicamente podremos acelerar y deberemos soltar el acelerador en algunas curvas para no chocarnos o salirnos de la pista. Sin embargo, en Crashy Laps no existen rieles, por lo que tendremos que realizar giros de forma manual, y existirá una mayor probabilidad de colisión con los vehículos rivales.

Hay disponibles cuatro modos de juego distintos, incluyendo los clásicos contrarreloj para mejorar nuestros tiempos en cada vuelta o el típico modo carrera, realizando unas cuantas vueltas y el primero en completarlas se llevará la victoria. Dependiendo del modo, se puede jugar de manera individual o con hasta cuatro jugadores. Además, se podrá jugar en multijugador haciendo uso de un único Joy-Con por persona, por lo que con dos pares de Joy-Cons ya podrán jugar cuatro personas sin necesidad de mandos completos, aunque estos también son compatibles.

Los mapas cuentan con temáticas distintas y variopintas: el mapa inicial es una tierra de gominolas, y también hay un terreno de bosque, una especie de zona de tierra y una montaña nevada. Dentro de cada una de estas temáticas se ofrecerán también distintos circuitos, algunos muy simples (como un recorrido con forma de círculo) y otros más complejos, con carriles unidos entre sí y con varias direcciones que seguir, de forma que los choques son prácticamente algo asegurado. Por último, también podremos elegir la hora del día en la que queramos jugar, siendo mañana, mediodía, atardecer y noche las opciones disponibles. Esto no afectará a la jugabilidad, simplemente es una opción visual que cambiará la iluminación de distintos modos, como por ejemplo encendiendo algunas luces del decorado.

En un principio, este contenido está bien y es bastante variado, y nos proporcionará unas cuantas horas de entretenimiento en solitario o con amigos. Sin embargo, siento que Crashy Laps tiene un grave problema en el sistema de progresión, ya que todos los circuitos mencionados anteriormente se encuentran bloqueados a excepción de los de la zona de gominolas. Nada más comenzar el juego tendremos acceso únicamente a esta zona y sus variantes. El resto de terrenos estarán bloqueados y no serán accesibles.

De esta manera, estaremos totalmente obligados a obtener ciertos objetivos para poder ir desbloqueando más zonas, sumado a que de primeras el juego no será nada sencillo para seguir progresando a lo largo de los mundos. De esta forma, es bastante fácil llegar a aburrirse de Crashy Laps, ya que estaremos constantemente viendo una y otra vez el mismo escenario hasta que logremos cumplir los objetivos y desbloquear una temática nueva. Creo que, al desbloquear una zona nueva, sentí emoción después de tantos intentos, sin embargo, he de decir que me aburrí un poco del juego al principio debido a este hecho.

Otro aspecto que cuenta con un buen margen de mejora es la interfaz del juego y su movimiento entre los menús. En general, Crashy Laps tiene una estética simple y minimalista, aunque muchas veces no sabes en qué punto del juego estás exactamente, es un tanto extraño «perderse» y configurar partidas; se siente como que nunca sabemos en qué punto estamos, y si queremos cambiar algo, tenemos que retroceder en el menú constantemente. También creo que algunos de los indicadores de botón no son muy claros, ya que, por ejemplo, hay una forma que cuesta distinguir si es un botón o es un + del mando, y en algunas partes llega a hacerse un tanto tedioso, sobre todo en la personalización del vehículo, que se siente muy lenta y con unos controles extraños.

La conducción funciona bien, es simple y difícil de dominar, pero se hace entretenida y divertida junto a amigos, como he comentado al inicio, su funcionamiento es muy similar al de un Scalextric, pero con la novedad de que podemos girar libremente al no contar con raíles. En general, siento que esto está bien, pero no tendremos marcha atrás, de forma que al chocarnos contra un muro o salirnos de la pista en una mala posición, nuestra única solución será seguir acelerando contra una pared para reaparecer en el circuito, algo que muchas veces puede provocar que un simple error te haga perder toda la carrera.

Esto no está mal; es un juego difícil y te hace entender que salirte de la pista o tener un accidente es muy importante, te obliga a tomarte las curvas con más calma y practicar los mapas para conocer mejor sus giros y obstáculos, pero echo en falta quizás un modo más… ¿fácil, quizás? O personalizable, en el que se dé la opción de activar una marcha atrás para frenar o retroceder y un botón de reaparición instantánea en la pista.

En conclusión, Crashy Laps es un pequeño videojuego de carreras arcade, bastante recomendado para jugar un par de partidas rápidas con amigos compitiendo en el modo normal o realizar algunos contrarreloj, pero un tanto simple para jugar en solitario y con un pequeño margen de mejora para su apartado de interfaz y opciones de variedad.

Actualmente se encuentra disponible en f ormato digital desde la Nintendo eShop de Nintendo Switch por 6,99€, y con un precio así solo os puedo recomendar darle una oportunidad. Si el juego tiene éxito, es posible que en un futuro se animen a añadir más contenido y mejorarlo, algo que personalmente me encantaría.